Este mes de marzo se cumplen 40 años desde que del 25 de febrero y hasta el 2 de marzo de 1983, un grupo de unos 30 jóvenes que habían superado las pruebas de acceso al Instituto Nacional de Educación Física de Granada decidieran encerrarse en las instalaciones deportivas de La Cartuja de la capital nazarí y se declararon en huelga indefinida al no encontrar otra posibilidad de luchar para que se pusieran en marcha estas enseñanzas universitarias.
Sin ser todavía alumnos ni alumnas del INEF, todo este grupo de entre 18 y 20 años no dudaron un momento en dejarlo todo, desplazarse hasta Granada y defender allí su futuro.
En aquel momento tan sólo había teléfonos familiares en las casas y utilizaron también el correo ordinario para comunicarse entre ellos. Aun así, en poco tiempo fueron capaces de organizarse y comenzar su encierro. Se unieron para pelear por sus derechos con el único objetivo que se abriera el INEF de Granada y pudieran comenzar unos estudios para los que ya estaban oficialmente admitidos.
Todo comienza un 2 de noviembre de 1982, cuando, con bastante retraso, se realizan oficialmente las pruebas de acceso al INEF de Granada. Jóvenes de diferentes puntos de España, desde Galicia, País Vasco, Castilla León, Castilla La Mancha, Madrid, Valencia, Andalucía (con aspirantes de todas sus provincias), etc., vieron en el INEF de Granada la posibilidad de iniciar unos estudios superiores por los que llevaban mucho tiempo soñando.
Una alternativa a Madrid y Barcelona
En 1982, tan sólo existían en España dos centros adscritos a la universidad donde formarse como profesores de Educación Física: uno en Barcelona y otro en Madrid. Ante tal situación, eran miles los aspirantes que cada año quedaban fuera de las pocas plazas que se convocaban en el INEF de Madrid y el de Barcelona.
Granada, sin duda, era el inicio de un nuevo camino formativo y el inicio de una nueva Educación Física que años después daría el pleno salto a la integración en la universidad como facultad. Pero, para sorpresa y decepción de quienes ya habían superado las pruebas de aptitud física y estaban admitidos al INEF de Granada, el inicio de la actividad académica no estaba garantizado.
"El inicio de los estudios del INEF de Granada estuvo lleno de sin sentidos, diferencias políticas, intereses autonómicos y dificultades administrativas de todo tipo que casi acaban con la apertura del INEF y con el futuro de aquellos jóvenes", recuerdan los implicados. Así, tras varios meses de espera, donde no se garantizaba que el INEF de Granada iniciara sus actividades, los estudiantes, decidieron movilizarse y presionar a todas las instituciones y organismos políticos, deportivos y universitarios de aquel momento para que se abriera el INEF granadino.
En aquel año 1983, la actitud de aquellos jóvenes, que realmente todavía no eran alumnos ni alumnas de la universidad de Granada, pero que habían superado unas pruebas oficiales, fue determinante en que las administraciones de la época, no tuvieran otra opción que llegar a acuerdos que permitieran poner en marcha el INEF de Granada.
Aquel curso académico 1982-83 comenzó finalmente el día 21 de marzo de 1983, teniendo que recibir el alumnado clases de mañana y tarde, prolongándose las actividades formativas hasta finales de julio de ese mismo año.
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