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El ejercicio físico, “más que recomendable” si tienes cáncer de mama: 4 claves que te convencerán


Foto: IPEFC


El 19 de octubre de 2021 celebramos el Día Mundial Mundial contra el Cáncer de Mama, una enfermedad que solo en 2020 fue diagnosticada en 32.953 mujeres en España, siendo, de esta forma, el cáncer más habitual entre este segmento de la población, si bien existe un porcentaje -alrededor de un 1%- de hombres que también sufren esta dolencia.


Está demostrado que el ejercicio físico, guiado por profesionales cualificados y con planificaciones específicas, es beneficioso para nuestra salud, tanto desde la perspectiva de la prevención como de control dentro del cuadro de dolencias. Sin embargo, en el caso del cáncer de mama, el ejercicio físico se torna especialmente importante por varios motivos de peso demostrados a través de diversos estudios científicos en la materia:

1. MEJORA LA SUPERVIVENCIA Y REDUCE LA RECURRENCIA DEL CÁNCER | El cáncer de mama es el más estudiado en relación al ejercicio físico. Así, por ejemplo, sabemos que el ejercicio reduce el riesgo de mortalidad hasta un 40-50%. Además, las mujeres con cáncer de mama que cumplían con las pautas mínimas de actividad física antes del diagnóstico y en el seguimiento de 2 años (después del tratamiento) tenían un 55% menos de probabilidades de que el cáncer regresara y un 68% menos de probabilidades de morir por cualquier causa (no solo cáncer de mama) en comparación con aquellos que no cumplieron con las pautas en ambos momentos.

2. AYUDA A PREVENIR Y CONTROLAR LA ENFERMEDAD | El ejercicio físico puede ayudar a prevenir el cáncer, controlar la progresión de la enfermedad, interactuar con los tratamientos antineoplásicos y mejorar el funcionamiento físico y los resultados psicosociales de los pacientes. En concreto, durante la quimioterapia, aunque pueda creerse lo contrario, es muy importante realizar ejercicio. Especialmente para la fatiga que esta puede provocar.


Del mismo modo, el daño cardiaco y vascular de los tratamientos implican un riesgo futuro mayor, por lo que realizar ejercicio físico mejorará nuestra salud cardiovascular y evitará problemas futuros.


3. RADIOTERAPIA: AYUDA A RECUPERARNOS MEJOR | Muchas personas pueden pensar que durante la radioterapia no será posible. Pero con las adaptaciones y supervisión necesarias es posible, no teniendo que detener el ejercicio y permitiéndonos recuperarnos mejor tras concluir el tratamiento.