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El ejercicio, fundamental para prevenir el deterioro causado por la osteoporosis y sus fracturas

Foto del escritor: COLEF AndalucíaCOLEF Andalucía


Este miércoles, 20 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Osteoporosis, una enfermedad crónica y progresiva que debilita los huesos y cuya principal consecuencia son las fracturas por fragilidad. Según los expertos, se trata de la enfermedad ósea más común, con más de 200 millones de personas afectadas en todo el mundo.


Los datos facilitados por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología señalan que, solo en España, la osteoporosis afecta a 3,5 millones de personas. Se estima que entre un 20 y un 25% de las camas de los servicios de Traumatología de los hospitales están ocupadas por pacientes que han sufrido una fractura osteoporótica. En el caso de Andalucía, Ceuta y Melilla, el número de personas que fallecen por motivos directamente relacionados con esta enfermedad y las fracturas por fragilidad está aumentando paulatinamente, pasando de 316 defunciones por esta causa en 2005 a 515 en 12 años.


Así lo han destacado los especialistas en ejercicio físico aplicado a la osteoporosis Carlos Lloret Michán y Manuel Martín Olvera, colegiados COLEF Andalucía, Ceuta y Melilla y cofundadores y directores del Instituto Profesional de Ejercicio Físico y Cáncer (IPEFC), que acaban de publicar el libro Ejercicio Físico y Osteoporosis. Análisis, diseño y aplicación del programa de entrenamiento.


El objetivo de esta obra es “ayudar a conocer esta enfermedad, qué implica padecerla y cómo debe utilizar el profesional del ejercicio esta herramienta para mejorar la salud ósea de las personas que la sufren o están en riesgo de sufrirla”, han detallado sus autores.

En este sentido, señalan, una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres de 50 años o más sufrirán una fractura por fragilidad. “En 2010 se produjeron 3,5 millones de estas fracturas en la Unión Europea, con un coste total asistencial de 37.000 millones de euros. Desde entonces, los números van a más”, han aseverado.


Ante estos datos, ambos colegiados del COLEF Andalucía, Ceuta y Melilla han destacado que “el ejercicio es fundamental para prevenir el deterioro causado por la osteoporosis y sus peores consecuencias, las fracturas”, y han lamentado las reticencias de quienes padecen esta enfermedad a la hora de hacer ejercicio físico.


“Existen muchas reticencias y barreras, la mayoría relacionadas con el desconocimiento de los posibles beneficios de realizar este tipo de actividades y también el desconocimiento de los perjuicios de continuar sin llevarlas a cabo”, han explicado antes de señalar que “debemos romper esa dinámica a base de educación, educación y más educación”.


Ejercicio en personas con osteoporosis: “No todo vale”


Tanto Lloret como Martín han destacado la importancia de la cualificación profesional de quienes entrenan a cualquier persona, pero, en especial, a aquellos que presentan algún tipo de patología.


“No todo vale”, han recalcado, recordando, asimismo, que un programa de ejercicio no es simplemente “hacer ejercicios”: “No existen ejercicios aislados para una cosa u otra; existen profesionales capaces de proponer el mejor programa de ejercicio posible para una determinada persona, en un momento determinado de su vida, lo que conlleva una serie de circunstancias a las que atenderemos y tendremos en cuenta”, han asegurado.


“El programa de entrenamiento de cualquier persona debe tener en cuenta todas sus posibles circunstancias, no sólo las clínicas. En el caso de personas con osteoporosis o en riesgo de sufrirla tendremos en cuenta variables de la

enfermedad, del tratamiento y del ejercicio físico, y el estudio de sus posibles interacciones”, han explicado.


En este sentido, han detallado que, para las personas que padecen esta enfermedad, uno de los objetivos fundamentales debe ser llevar a cabo actividades potencialmente osteogénicas, que supongan un estímulo óptimo para favorecer la formación de nuevo tejido óseo o, al menos, detener su pérdida.


“En general, estudios de control aleatorizados y meta-análisis indican que las actividades que implican ciertas formas de impacto a través del propio peso corporal, tales como saltar o el entrenamiento con predominio neuromuscular, pueden mejorar la salud ósea de niños y adolescentes, mujeres premenopáusicas, mujeres posmenopáusicas y en hombres mayores”, han concretado.


Conocimiento y experiencia


Por último, los autores del libro sobre ejercicio físico y osteoporosis han valorado positivamente que “hoy en día contamos con enorme número de titulados universitarios en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en todos los rincones de España, que tienen el conocimiento y la experiencia necesarias para ayudarles a vivir mejor”. Según concluyen, la población en general está aún lejos de llevar a cabo los niveles de actividad física y ejercicio necesarios para lograrlo.




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