A día de hoy nadie duda del auge del ámbito deportivo en nuestra sociedad, la cual difiere respecto a la de hace décadas donde la realización de actividad física de forma individual o grupal era inexistente; encuadrándose pequeños grupos poblacionales dentro de clubes deportivos y alto rendimiento. Como decíamos, eso era antes, porque actualmente podemos considerar la ausencia de estos elementos en el día a día como algo ilusorio.
Nuestra sociedad sin lugar a dudas marca nuestro ritmo de vida, estando en múltiples ocasiones presos del compás que marcan nuestras responsabilidades; tales como nuestro empleo, familia u ocio. Concretamente en este último componente debemos prestar nuestra atención, debido a que ese ritmo del que hablamos anteriormente nos está haciendo cambiar nuestra perspectiva y visión acerca de lo que es en sí el deporte, y lo que nos puede ofrecer a nivel físico, psicológico y social. Sin embargo, ¿Por qué nos conformamos con realizar actividad física de todo tipo sin dirección profesional cualificada? ¿Qué beneficios lleva consigo implementar nuestra salud desde el ámbito físico con personas colegiadas en el sector y con conocimientos reglados en la materia?
Es una realidad que el ámbito deportivo ha distado ampliamente de ser un sector científico de gran relevancia, y este punto nos da luz respecto a la primera cuestión, donde la población sigue viendo el “deporte” como algo lúdico y agradable pero nada más. Por ello, es imprescindible ahondar en estudios epistemológicos relacionados con nuestros ámbitos. Concretamente Herrera Toro (2011) nos acerca a una problemática genérica que ha influenciado negativamente a nuestra área y aún lo sigue haciendo, como es la polisemia de términos: gimnasia, deporte o cultura física entre otros, donde nuestro sector sigue teniendo amplias dificultades de conexión con otras disciplinas científicas como la medicina o psicológica, debido claramente a que las experiencias de los profesionales del deporte se han sustentando en vivencias particulares incidiendo en un alejamiento científico.
De igual manera, autores como Martines, De Carvalho y De Souza (2020) en el análisis del programa de investigación de José María Cagigal para el campo de la Educación Física, ofrecen como la relevancia de la noción de cultura física ha sido predominante frente a la de la cultura intelectual; siendo razones de peso para considerar el por qué la población históricamente no ha sido capaz de ver la envergadura de un área imprescindible para el desarrollo del ser humano.
Este último hecho sumado a la variedad de cursos y pseudo-conocimientos que se ofertan como gangas en múltiples páginas online, la no cobertura a nivel legislativo para ordenar este proceso con personal cualificado y el interés del propio empresario para la obtención de un mayor beneficio en sus empresas, imposibilita el salto de calidad que necesita nuestro sector con profesionales titulados con conocimientos previos adquiridos, sea en su recorrido de formación profesional, de carácter universitario o post-universitario.
De esta manera, necesitamos ir en búsqueda de nuestra segunda cuestión, donde nos planteábamos más allá del propio beneficio que supone la realización de actividad física, la obligatoriedad de que su enseñanza provenga de titulados universitarios con alta cualificación y colegiados en nuestra disciplina, para conseguir así esa transformación que tanto ansía el deporte y todo lo que le rodea.
Por ende, la Constitución Española en su artículo 35 asegura “el derecho al trabajo y a la libre elección de profesión y oficio” pero sin olvidar y tal como Garrigós (2002) nos avanza en su artículo a cerca de la regulación del deporte, la interpretación de dicho artículo por parte del Tribunal Constitucional es clara: dicha libertad de elección de profesión no exime al estado de proteger a los ciudadanos frente al intrusismo laboral; entendiendo este último término como “la realización de los actos propios de una profesión sin tener capacitación y titulación para ello”.
Tal y como conocemos hasta el día de hoy, en los últimos años se ha venido produciendo importantes avances para la regulación de nuestro sector en múltiples disciplinas, lo cual nos indica que las administraciones y por consiguiente la sociedad poco a poco está abriendo los ojos en este asunto.
Es importante recalcar que una actividad tan beneficiosa a priori en manos no cualificadas puede convertir la misma en perjuicio y riesgo para la salud de aquel que la realiza. El propio Campos (2007) nos específica la relevancia de poseer la formación específica oficial como elemento esencial para garantizar que los propios servicios demandados tengan la calidad apropiada.
Por todo ello, y para concluir, es imprescindible que las administraciones promocionen y sean perseverantes en la búsqueda de personal titulado para el gran abanico de disciplinas deportivas existentes, y así lo hagan ver al conjunto de la población. Nadie duda de lo vital de la actividad física deportiva durante toda nuestra vida, nacemos con ella y moriremos con ella. En resumidas cuentas ha llegado la hora de dejar de ser invisibles y de aunar fuerzas para conseguir que nuestra profesión contemple la ciencia como estandarte y que nuestra actuación pase de ser secundaria a un reclamo popular para que esos beneficios sean reales fruto de la formación y el conocimiento.
Fernando Durán Correa
Col. 60.315
Bibliografía
Campos, A. (2007). Los profesionales de la actividad física y del deporte como elemento de garantía y calidad de los servicios. Cultura, Ciencia y Deporte, 7 (3), 51-57.
Constitución Española. Boletín Oficial del Estado, 29 de diciembre de 1978, núm. 311, pp. 29313 a 29424 Cita en texto: (CE 1978).
Garrigós, F. (2002). La regulación del ejercicio de la profesión como activo en el desarrollo de la economía del deporte. Actividad física y deporte: ciencia y profesión, 2, 5-8.
Herrera, D. F. (2011). Un análisis a los problemas epistemológicos de la Educación Física. Lectura: Educación Física y Deporte, 15(153), 1-1.
Martines, I. C., De Carvalho, N., y De Souza, J. (2020). O programa de pesquisa de José María Cagigal para o campo da Educaçao Física. Movimento. 26, 1-14.
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